viernes, 19 de agosto de 2011

¿Quién le pone el cascabel al gato?

El pasado 6 de Agosto dieron inicio en la ciudad de Tottenham (Inglaterra) una serie de disturbios, protagonizados mayoritariamente por jóvenes, que en días posteriores se fueron trasladando a otras ciudades inglesas. Dichos disturbios, que en la mayoría de los casos no eran otra cosa que saqueos a grandes almacenes, tiendas y otro tipo de establecimientos comerciales, acompañados de incendios a vehículos y edificios, estaban protagonizados por jóvenes, con edades a partir de los 14 años de edad, y duraron hasta el martes 9 de Agosto.

El balance final provisional fue de 5 personas asesinadas, 3 de ellas cuando intentaban proteger sus comercios, daños millonarios valorados en unos 150 millones de libras (unos 171 millones de euros) así como unos 1.500 detenidos. El gobierno británico se vio obligado a movilizar, solamente en Londres, a 16.000 agentes de policía para frenar los disturbios.

El miércoles, día 10, el jefe del gobierno británico, Cameron, dijo tras los disturbios que estos estaban causados por "una cultura de falta de responsabilidad en algunas partes de la sociedad", que "Se ha dejado pensar a la gente que el mundo les debía algo, que sus derechos superaban a sus responsabilidades y que sus acciones no iban a tener consecuencias”. También afirmaba que "Algo se ha hecho mal en nuestra sociedad cuando niños están saqueando e hiriendo a gente para robarle" y finalizaba afirmando que "Cuando digo que partes de Gran Bretaña están enfermas, la única palabra que yo usaría para resumir eso es una irresponsabilidad. La visión de los jóvenes corriendo por las calles, rompiendo ventanas, entrando en propiedades, saqueando, riendo... el problema de que es una falta total de responsabilidad, falta de una adecuada crianza de los hijos, la falta de educación adecuada, la falta de ética adecuada, la falta de moral adecuada. Eso es lo que tenemos que cambiar. No hay un detonante que puede cambiar estas cosas. Se trata de los padres, se trata de la disciplina en las escuelas, se trata de asegurarse de que tenemos un sistema de bienestar que no recompensa la inactividad. Es todas esas cosas".

No puedo sino estar de acuerdo con todas y cada una de las palabras del primer ministro británico si bien habría que recordarle que, tanto el como sus predecesores en el cargo, algo de responsabilidad tendrán ya que no hay que olvidar que los políticos son los responsables de controlar el normal funcionamiento del sistema educativo de un país así como de modificar y endurecer los códigos penales, si ello es necesario.

Si bien en España no hemos llegado todavía a estos niveles de violencia nadie nos dice que el día menos pensado algo similar pueda producirse ya que, por desgracia, todos y cada uno de los síntomas que el primer ministro cita podríamos aplicarlos a España. En nuestro país también todos, jóvenes incluidos, queremos tener derechos pero no obligaciones. Muchos padres educan a sus hijos como si fuesen amigos, olvidando que el “rol” de padres exige no ser complacientes siempre con todos los deseos y caprichos de los hijos. Muchos padres no saben que hacen sus hijos cuando están fuera de casa ni a donde van y ni tan siquiera se molestan en marcar unos límites horarios adecuados a su edad cuando están fuera de casa, siendo normal hoy en día, ver a menores cada vez más jóvenes por las calles y centros de diversión (bares, discotecas, etc.) hasta altas horas de la madrugada.

Por si esto fuese poco desde el gobierno no se ayuda nada. No hay que olvidar que, por ejemplo, el gobierno del Sr. Zapatero, con los votos a favor del PSOE, IU, ERC, BNG y Grupo Mixto, modifico el artículo 154 del Código Civil, de tal forma que se obliga a reprender a los menores “con respeto a su integridad física y psicológica”; es decir, nada de cachetes, zapatillazos, azotes o bofetones. De esta forma el gobierno socialista menoscababa, aún más, la de por si ya menoscabada autoridad paternal.

Para rematar tenemos una política educativa que cada día exige un esfuerzo menor de los estudiantes, política educativa que hace que España este a la cola de Europa en cuanto a la preparación de nuestros estudiantes. Pero en vez de tratar de mejorar la educación vamos hacia una educación de peor calidad. El mejor ejemplo de esto es que este pasado 29 de Julio, el gobierno socialista aprobó dos decretos mediante los cuales el Ministerio de Educación dará “títulos” a los estudiantes que no hayan acabado la ESO para así maquillar el fracaso escolar.

Cada día hay más gente que es consciente de que esto se tiene que cambiar, de ahí el titular de hoy de ¿Quién le pone el cascabel al gato?, pero nadie parecer querer atreverse a dar el paso ya que no es políticamente correcto hablar de este tema y parece que es mejor mirar hacia otro lado.

Nota: Este artículo ha sido publicado en el Nº 1.287 del semanario de Manacor, "7Setmanari" , el 19 de Agosto del 2011.

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