viernes, 2 de septiembre de 2011

Hay que evitar lo evitable, pero ¡YA!.

Sobre las 00,30 hrs. de la madrugada de ayer lunes, día 29, un nigeriano de 32 años fallecía tras caer desde lo alto de un edificio del barrio palmesano de Son Gotleu.

Un grupo de unos 150 nigerianos, que reclamaban venganza ya que, según ellos, el fallecido había sido lanzado al vacío desde la azotea por un grupo de tres gitanos, sembró el caos quemando contenedores, destrozando mobiliario urbano y rompiendo los cristales de los vehículos estacionados en la vía pública. Este grupo se enfrentó a los agentes de policía y estos no consiguieron restablecer la normalidad hasta las 4 de la madrugada.

Por la mañana los nigerianos trataron de manifestarse por las calles de Son Gotleu, causando destrozos a su paso. La Policía consiguió confinarlos en una plaza que quedo rodeada por los antidisturbios. Posteriormente un grupo de nigerianos, algunos armados con piedras y palos, trató de romper el cordón policial arremetiendo contra los agentes, que se vieron obligados a responder a las agresiones cargando contra ellos.

Entre los disturbios de la madrugada y de la mañana la policía ha detenido y puesto a disposición judicial a 5 nigerianos, de los cuales, tres tienen orden de expulsión por encontrarse de forma irregular en España y otro antecedentes policiales por temas de drogas y por otros delitos de estafa y asociación ilícita

Hay que recordar que no es la primera vez que se producen graves incidentes en Son Gotleu. Hace 2 años, el 20 de Agosto del 2009, se produjo una pelea multitudinaria en la que se vieron involucradas más de un millar de personas por un altercado previo entre gitanos y nigerianos y el jueves, 24 de Febrero del año pasado, se produjo una nueva pelea multitudinaria entre gitanos y nigerianos. Es, por tanto, el tercer incidente multitudinario en dos años, con lo cual ya no hay ningún tipo de excusa para no reaccionar adecuadamente o para que no se haya hecho nada para evitar que un suceso de estas características pudiese volver a producirse. Por otra parte los incidentes puntuales en Son Gotleu son bastante frecuentes y habituales sin que se hayan adoptado medidas para solucionarlos, exceptuando alguna redada puntual. Eso hablando de "Son Gotleu" por no entrar ya a hablar de los incidentes habituales en Playa de Palma entre grupos de prostitutas nigerianas que roban y agreden a turistas, día si y día también, o los grupos de carteristas de rumanos.

Lo mínimo que se puede pedir a las personas que llegan a un país que no es el suyo es que se integren en el mismo y un requisito imprescindible para la integración real es el cumplimiento de la legalidad y el respeto a los principios democráticos y a las costumbres de la sociedad de acogida y elección. Es del todo intolerable e inaceptable que la comunidad nigeriana de Son Gotleu tratase ayer de “hacer justicia” por su cuenta ante el supuesto “asesinato” de uno de sus integrantes a manos de gitanos, hecho que además parece ser que no se ajusta a la realidad según los primeros informes.

Nos encontramos ante varios y diversos problemas que han confluido hasta llegar a la situación que nos encontramos:

-No se hacen cumplir las leyes vigentes de extranjería porque a nuestros políticos nunca les ha interesado que las mismas se cumpliesen, básicamente por un mal entendido “buenismo” por parte de nuestros políticos y parte de la sociedad.

-Unos colectivos, como el nigeriano, poco predispuestos al trabajo reglado, que cuando ven lo fácil que es delinquir y las pocas consecuencias que ello les acarrea debido, entre otras cosas, a lo “light” que es nuestro código penal, no dudan en pasarse al otro lado de la ley, el de los que delinquen.

-Unos cuerpos y fuerzas de seguridad que, si no fuese por su evidente y obvia “profesionalidad”, hace tiempo que habrían tirado la toalla ya que no están respaldados ni por nuestros políticos ni por nuestro sistema judicial ni por algunos sectores, minoritarios, de nuestra sociedad. Aunque pueda sonar a tópico, muchas veces arriesgan su integridad física, para que al final, y en el mejor de los casos, el “delincuente” sea puesto en libertad con cargos por el juez de turno. La imagen que ilustra este artículo en donde se puede apreciar como un grupo de nigerianos arremete contra agentes del Cuerpo Nacional de Policía es una buena prueba de que ya ni se respeta a la policía, y si no se respeta a la policía, a ver quien es el ciudadano de a pie que se enfrenta a este tipo de gente.

Como comentaba en mi colaboración de hace dos semanas que titule “¿Quién le pone el cascabel al gato?” las alarmas no dejan de sonar en múltiples ámbitos y aspectos de nuestra sociedad. Es hora de actuar y cambiar el estado de cosas que describo en esta colaboración antes de que sea demasiado tarde para hacerlo o que tengamos que lamentar más desgracias en un futuro cercano.

Nota: Este artículo ha sido publicado en el Nº 1.289 del semanario de Manacor, "7Setmanari" , el 2 de Septiembre del 2011.

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