Delincuencia juvenil: ¿en el Bronx?. No, aquí
Esta noticia es solamente un ejemplo que utilizare para desarrollar mi artículo pero podría indicar muchas otras en las cuales menores de nuestro entorno son tristes protagonistas de episodios de violencia y de robos...y esto no sucede ni en una película, ni en Madrid, ni en Barcelona, ni tan siquiera en Palma...esto esta sucediendo en nuestra ciudad, Manacor.
Lo triste del caso es que los menores a los que se refiere la noticia según lo que decida el juez irán, en el mejor de los casos para el resto de la sociedad, a un centro de menores durante un corto intervalo de tiempo y ahí se quedará la cosa. La policía podrá detenerlos tropecientas veces pero gracias a la actual ley del menor (que hablando en plata no sirve absolutamente para nada más que para que los menores de edad que cometan delitos, del tipo que sean, se rían de sus víctimas con total, absoluta y completa impunidad) en un corto intervalo de tiempo volverán a las andadas. Es por tanto bastante obvio y evidente que un servidor defiende la modificación de la ley del menor para endurecer la misma.
Podría pedir que para evitar que se vuelva a repetir la noticia que he comentado que se instalase, por ejemplo, un arco detector de metales a la entrada del instituto así como seguridad privada para evitar tanto el acceso de armas como de drogas al interior del mismo. También podría pedir que la policía, tanto local como nacional, hiciese acto de presencia con más asiduidad de la actual a dicho instituto pero aunque seguramente con esas medidas se podrían evitar altercados presentes o futuros realmente la única forma real de atajar el problema sería actuar de raíz. Y la raíz, si bien es indudable que también hay otros factores en juego, es la educación.
Hay gente que opina que los principales responsables de la actitud de los jóvenes son los profesores ya que creen que son ellos los que deberían de educarlos y que por tanto si los jóvenes no actúan correctamente los culpables son los profesores. Evidentemente los profesores no piensan así y no solo eso sino que actualmente el colectivo de profesores reclama tener el “carácter de agente de la autoridad” para estar cubiertos en caso de agresiones por parte de sus alumnos o incluso por los padres de los mismos.
Hay otra gente que opina que los principales responsables son los propios padres ya que no quieren ejercer debidamente su rol de padres y tratan a sus hijos como si fuesen los amigos o los compañeros de sus hijos en vez de tratarlos como lo que realmente son, sus padres. Y por supuesto no quieren hacer el papel de “malos” que el mero hecho de ser padres lleva implícito y por tanto no quieren ni reñirlos ni castigarlos y prefieren dejar ese papel de “malos” a terceras personas, en este caso a los profesores.
Por otra parte, nuestros políticos tampoco es que ayuden demasiado al respecto y por poner un ejemplo cabría recordar que el Sr. Zapatero, justo antes de las últimas elecciones generales, modifico el código civil que hasta ese momento contemplaba el “cachete” a los hijos por parte de los padres como algo “válido” para convertirlo en algo castigado penalmente. Mucha gente ni se entero y se han sorprendido cuando han comenzado a salir noticias en los medios de comunicación de padres condenados por los jueces por dar un “cachete” a sus hijos. ¿Realmente es tan malo que un padre pueda dar un pequeño “cachete” a sus hijos? Personalmente opino que un “chatete” (o un toc en es cul hablando en buen mallorquín) dado a tiempo evitaría muchos problemas posteriores.
La cuestión es que es evidente que algo falla en nuestro sistema y por tanto hay que hacer algo urgentemente para cambiarlo, o al menos intentarlo, y esto pasa necesaria e inexcusablemente, entre otro tipo de medidas, por cambiar la concepción del actual sistema educativo que, entre otras cosas, consiste en “títulos para todos” con un mínimo esfuerzo. Y de ahí que, por ejemplo, a día de hoy se pueda repetir curso con varias asignaturas suspendidas. ¿Y dónde se supone que queda el esfuerzo que se supone que se ha de realizar y cuyo premio ha de ser obtener la recompensa de un aprobado?
A ningún profesor, a ningún padre, a ningún político ni a nadie en general nos gusta que nos digan que no hacemos bien las cosas pero es evidente que estamos ante una concatenación de fallos y por tanto es muy necesaria y urgente una reflexión colectiva al respecto antes de que sea demasiado tarde.
Nota: Este artículo ha sido publicado en el Nº 1242 del semanario de Manacor "7Setmanari" el 8 de Octubre del 2010. Para verlo pulsar aquí
Etiquetas: Educación, España, Ley del Menor, Manacor
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